Nuevas tecnologías que van a revolucionar el sector jurídico.

Cloud Computing, Inteligencia Artificial, Blockchain… Las nuevas tecnologías inundan de tendencias todos los sectores profesionales. ¿Hay cabida para ellas en un área tan aparentemente tradicional como es la jurídica? Sí. De hecho, las nuevas tecnologías pueden revolucionar el sector jurídico… siempre y cuando caigan en buenas manos.

Las personas ajenas al sector jurídico suelen tener la errada percepción de que no hay lugar para la tecnología en él. Por un lado esto se debe a la iconografía popular: la toga, la peluca, las estanterías llenas de códigos, los sumarios de más de mil páginas impresas… Por otro, también pesa la lentitud con la que se están llevando a cabo ciertas transformaciones, como la digitalización de la justicia en España. Sin embargo, existen una serie de nuevas tecnologías cuya aplicación ya está revolucionando el sector jurídico a nivel global.

Algunas de ellas se encuentran en fase de experimentación. Otras forman parte del día a día del trabajo del abogado, como el software de monitorización de recuperación de deuda que manejamos en Libroley.

Veamos algunas de las más prometedoras, de las más sencillas a las más próximas a la ciencia ficción.

1. Digitalización y alojamiento en la nube para abogados.

El trabajo del letrado tiene mucho que ver con la búsqueda, gestión y aplicación de información de distintas fuentes. Y para eso, las nuevas tecnologías han mostrado su valía. Ahora mismo esa información se aloja en servidores remotos, lo que llamamos “la nube”, y no en discos duros locales. Las soluciones de cloud computing permiten almacenar información sensible y compartir documentos legales con mayor facilidad. Y también, aunque no lo parezca, con mayor seguridad para nuestros datos.

2. Software de transcripción legal. 

Señalar que la crisis del Covid-19 y sus confinamientos cambiaron nuestra forma de relacionarnos y producir es ya una obviedad. Aun así, tenemos que volver a repetirlo. Desde que esta circunstancia nos obligó a comunicarnos más por teleconferencia, nos dimos cuenta de los beneficios de las videollamadas para la productividad. Actualmente, muchas de las comunicaciones en las que se tratan asuntos de importancia legal se realizan de esta forma (incluso mediante realidad aumentada). Esto requiere  un software preciso de transcripción legal.

La transcripción legal consiste en transferir un diálogo hablado a documentación escrita, que además resulta vinculante.  Programas como Sonix, Verbi o Amberscript consiguen transcribir conversaciones grabadas, trabajo del que antes se ocupaban los taquígrafos, con hasta una precisión del 99%, sin verse importunados por la calidad del audio. Esto supone un gran ahorro de tiempo y, por tanto, de dinero, para los despachos. Lo cual puede beneficiar a sus clientes.

3. Automatización del procesamiento de documentos jurídicos.  

Una gran parte del tiempo de trabajo de un abogado no se consume en tareas jurídicas, sino administrativas. Redactar documentos y manejarlos resulta laborioso, pero existen nuevos software capaces de automatizar gran parte del proceso. Herramientas como Taiger, Sísifo o ContractBOX permiten gestionar de manera integral todo tipo de  textos vinculantes, facilitando su creación, edición y revisión. Estos nuevos programas están demostrando una gran valía en contratos, bastanteos, testamentos…

4. Blockchain y smart contracts.   

No todo el mundo confía en el blockchain como el maná que muchos pintan. Sin embargo, una de sus aplicaciones, los smart contracts, ya están dando frutos. En la industria aseguradora, tan vinculada al sector jurídico, cada vez se emplean más. ¿Pero qué es el smart contract? Consiste en una “descentralización” de los contratos gracias a la cadena de bloques. Por ejemplo, una persona contrata un seguro agrícola en una región determinada, y en esa misma región se decreta una grave sequí; el smart contract activa una indemnización de manera automática sin necesidad de que el asunto pase por intermediarios. Esto supone un gran ahorro en burocracia e intermediación.

5. Abogados virtuales.  

El roboadvisor es una herramienta popular en otros sectores, como el  financiero. Se contratan mediante suscripción, y, en un chat, se formulan preguntas sobre dónde conviene más invertir. Inmediatamente obtienes respuesta, pero no hay nadie al otro lado: se trata de un chatbot.

En el mundo jurídico la idea de una solución informática capaz de responder dudas y ofrecer asesoramiento judicial está implantándose poco a poco. Estos asistentes legales virtuales podrían tener forma de chatbot, o de portal o de app. Muchos profesionales del derecho ya están investigando cómo adoptar esta herramienta, muy plausible, para mejorar la experiencia de uso de sus clientes.

6. Inteligencia artificial para el sector jurídico.  

El desarrollo de la Inteligencia Artifical para el sector jurídico merecería un post aparte. Aquí la resumiremos con algunas aplicaciones llamadas a dar unos espectaculares resultados. Hay que decir que la IA no está llamada a sustituir al abogado, sino a asistirlo. Para demostrarlo, valgan los siguientes ejemplos:

La IA permitirá litigar electrónicamente determinados casos, reduciendo los costos y acelerando los procesos para el cliente.

También podrá comparar documentos en diferentes idiomas, y traducirlos, de forma que su capacidad de aprendizaje le sirva para adaptar conceptos legales que en otras lenguas tienen significados algo distintos, o matizables.

La predicción del resultado de litigios es otra de sus funciones más prometedoras. Los algoritmos de IA se han mostrado más eficaces que la intuición humana a la hora de anticipar si un cliente tiene posibilidades de ganar un juicio.

Cómo usamos las nuevas tecnologías en Libroley.   

En Libroley vemos con bastante optimismo todo lo que las nuevas tecnologías pueden aportar al sector jurídico. Nuestra experiencia con ellas nos han dotado de una mayor agilidad y más tiempo para dedicarnos a lo que importa: el trato al cliente y el planteamiento de estrategias ganadoras.

Bancobro es un software de titularidad exclusiva de Libroley que ponemos a disposición de nuestros clientes, adaptándolo a las necesidades de cada caso. Permite emitir reportes con la periodicidad que se desee para crear un sistema de feedback continuo. Se sirve de la nube para poner los expedientes en todo momento a disposición del cliente, actualizados casi en tiempo real. También registra los datos de las comunicaciones. En definitiva, es una herramienta flexible, clara, completa, que ayuda a mejorar el índice de recobro.

Además, Libroley está desarrollando un software basado en una solución de IA para tramitar bastanteos (un importante documento legal del que te hemos hablado otras veces, y de cuya elaboración somos especialistas). Actualmente, dicho software se encuentra en fase experimental, pero promete ser una gran herramienta para facilitar la gestión documental en un futuro cercano.

Ahora bien, ninguna tecnología tendría futuro si no contase con la supervisión de profesionales cualificados. Lo que hemos dicho de la Inteligencia Artificial vale para el resto de las innovaciones que hemos mencionado: nunca sustituirán la labor de un buen abogado. La tecnología hace que el buen letrado sea aún mejor, y el malo se quede como está. Por eso, antes de echarte en manos de la tecnología, es mejor que te preguntes quién la está manejando.

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